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RESOLUCIÓN Nº 2.263

Expediente HCD. No.3.526-B-06.-

VISTO

El actual Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos, cuyos índices de coparticipación en forma arbitraria e inequitativa afectan desde hace años, y con más fuerza en el presente a la Provincia de Buenos Aires y en forma concurrente a sus 134 Municipios; y

CONSIDERANDO

Que el esquema de relaciones financieras entre niveles de gobierno vigente en Argentina determina que una parte importante de la capacidad de las provincias para proveer bienes y servicios básicos dependa de las transferencias recibidas desde la Nación;

Con el objetivo de aprovechar las ventajas de la recaudación centralizada (en el nivel nacional de gobierno), históricamente las provincias han delegado en el gobierno nacional un amplio conjunto de potestades recaudatorias, y han conservado para sí la provisión de gran parte de los bienes y servicios que brinda el Estado (en los tres niveles de gobierno);

Que esta asimetría entre recaudación propia y obligaciones de gasto provincial, ha hecho necesaria la conformación de un esquema de transferencias de recursos entre ambos niveles de gobierno, para que las administraciones provinciales reciban los recursos que les pertenecen pero que se recaudan centralizadamente. Una parte importante de estas transferencias se realizan a través del Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos;

Que el reparto de recursos que surge del Régimen de Coparticipación Federal actual condiciona sobremanera la capacidad de gasto de la Provincia de Buenos Aires y condena al atraso y a la desinversión a los 134 municipios que la integran. Por más que una Provincia tenga bases tributarias suficientemente grandes, sin una distribución adecuada de los recursos recaudados centralizadamente es virtualmente imposible que ésta pueda proveer los bienes y servicios con la calidad y en la cantidad requeridos. Por este motivo es crucial que el reparto de recursos está orientado por criterios “objetivos”, que tengan en cuenta las necesidades diferenciales de los gobiernos sub-nacionales relacionadas no sólo con el desarrollo relativo, sino también por su producción industrial y agropecuaria y aporte en retenciones nacionales, con el tamaño de su territorio, con el número de habitantes que la integran y con los problemas sociales de los mismos;

Que esta sociedad ha vivido los últimos años acosada por las vicisitudes del cotidiano sobrevivir, con escaso margen para darse un tiempo para la reflexión sobre los orígenes y las causas remotas o recientes de sus males cotidianos. En la Provincia de Buenos Aires éste es uno de sus principales males. El proceso de exclusión social y política al que viene siendo sometida la mayoría de la población bonaerense, provoca efectos negativos que obstaculizan decididamente la conformación de una identidad ciudadana conciente de sus derechos con marcos legales y referenciales claros que avalen demandas y hagan posibles sus deseos de realización personal y social;

Que este Estado, dadas las reglas institucionales existentes, concentra el poder político y económico de la sociedad, y más allá de las diferentes políticas públicas empleadas, es una fábrica de pobres. Se confiscan los poderes políticos y económicos de los ciudadanos mediante dos palancas: el centralismo político institucional y el dominio de los sectores más rentables de la economía con retenciones y otros impuestos distorsivos que no se reparten. Que no le llegan a la población, o llegan mal y siempre tarde;

Que vivimos en medio de una falacia descomunal, un federalismo desaparecido que se pretende perpetuar mediante políticas artificiales. Un país en el que nuestros conceptos de federalismo y autonomía carecen de contenido y en el cual millones de vidas son destruidas y sus destinos aniquilados. Se sigue manteniendo la idea de una “sociedad nueva”, a fin de que pase inadvertida una nueva forma de gobernar la recaudación centralizadamente y la política autoritariamente, en la que solo un sector ínfimo, unos pocos, casi siempre los mismos, reciben beneficios y bienestar. Esta centralización opera en forma perversa, y es hora que desde la base de la sociedad comencemos a demandar por lo que nos pertenece;

Que es indudable que, en un régimen federal, el esquema de distribución de los recursos recaudados centralizadamente debe ser redistributivo, pero debe serlo en una magnitud tal que permita al conjunto de las provincias responder adecuadamente a las demandas de provisión de servicios públicos esenciales como seguridad, salud, educación, vivienda e infraestructura básica. Sin embargo, el régimen de coparticipación vigente no tiene en cuenta estos elementos; lejos de ello resulta abiertamente arbitrario. Los porcentajes utilizados para distribuir los recursos entre la Nación y las Provincias (distribución primaria) y entre las provincias entre sí (distribución secundaria), no guardan ninguna relación con las necesidades y las conductas de las diferentes unidades de gobierno, como sí ocurre en otros países;

Que en todas partes se habla constantemente del federalismo, la autonomía y la justa coparticipación o justicia fiscal. Sin embargo, se despoja a éstos términos de su sentido verdadero porque oculta un fenómeno distinto de aquel que pretende indicar. Si hay reclamos o demandas fuertes se eliminan y modifican estadísticas y con ello se pretenden borrar problemas. Total es sólo un cálculo, que no tiene la menor importancia modificar la suerte de los cuerpos y las almas disimuladas bajo las cifras de las estadísticas;

Que la masa coparticipable se redujo drásticamente luego de la última reforma del régimen, a expensas de los puntos porcentuales que la Nación se atribuyó para cubrir el déficit de la reforma previsional de 1994 y de la suma de gravámenes no coparticipables, como retenciones agropecuarias e impuesto al cheque. De tal manera, la Nación, que en 1988 retenía el 43% del total recaudado, en 2003 retuvo el 60%. El caso de la Provincia de Buenos Aires es ilustrativo de la falta de objetividad de los criterios de reparto. En esta jurisdicción vive el 40% de la población del país y sus habitantes generan el 38% de la recaudación de impuestos nacionales, pero en el reparto de la coparticipación federal sólo recibe el 21% de los recursos que se distribuyen entre los gobiernos subnacionales. Mientras que el conjunto de provincias recibe anualmente por habitante un promedio de $547 en concepto de transferencias monetarias, para Buenos Aires la suma se limita a $321. Es decir que cada bonaerense recibe del gobierno nacional $226 menos que los habitantes de otras provincias. Si se utilizaran criterios objetivos de reparto tal como los entienden otros países que los aplican, los ingresos de la Provincia de Buenos Aires se incrementarían en forma importante. Por citar solo un ejemplo, con un esquema como el mexicano, en el cual se tienen en cuenta con igual ponderación la cantidad de habitantes de cada jurisdicción y el esfuerzo fiscal en términos de recaudación propia, al distrito bonaerense le correspondería alrededor de 39% del fondo;

Que comparando, la Provincia de Buenos Aires aporta el 38% a la recaudación nacional, Santa Fé el 8%, Córdoba el 8%, Mendoza el 4% el resto de las provincias no superan el 2% y muchas de ellas están por debajo del 1%. Buenos Aires con sus 307.600 Km2 – el 8,2% de km2 del total país – sus 14.500.000 habitantes – el 40ÿ% de habitantes del total del país, con sus 134 municipios, sus 50.000 establecimientos industriales y su enorme riqueza en la producción agropecuaria, solo recibe el 21% de coparticipación nacional. Esto es inaceptable;

Que la Nación debe devolver parte del espacio que le ha ido quitando a la Provincia de Buenos Aires y sus municipios, por lo menos, reduciendo progresivamente la elevada proporción de la masa de impuestos recaudados que retiene en la actualidad, conforme la recaudación vaya incrementándose. Entre las jurisdicciones que financia en términos netos el sistema fiscal federal argentino, se destaca la Provincia de Buenos Aires, distrito que recibe cerca de $5.000 millones menos de lo que aporta y, de este modo, contribuye con más de la mitad (50,6%) de los recursos que conforman el fondo redistributivo. La segunda jurisdicción en orden de importancia es la Ciudad de Buenos Aires, con un aporte neto que ronda los $2.600 millones, es decir $2.400 menos que la primera. Las otras provincias que realizan un aporte neto positivo son Córdoba, Neuquén, Santa Fé, Mendoza y Tierra del Fuego. El resto de los gobiernos provinciales son receptores netos de recursos. Aún en el caso de que se consideren medidas relativas (aporte neto percápita o en relación al tamaño de la economía) las diferencias existentes entre la provincia de Buenos Aires y el resto de las jurisdicciones no desaparecen;

Que para apreciar con más crudeza al enorme deterioro y la brutal sustracción de recursos a que hemos sido sometidos los bonaerenses veamos algunos números: en el Año 1980 la Nación se quedaba con el 70% de la recaudación total de impuestos, las provincias recibían el 23% y todos los municipios del país sólo recibían el 7%. En el Año 2004, luego de haberse transferido en la década del ’90 casi todos los servicios de la Nación a las provincias y éstas hicieron lo propio con muchos de ellos hacia los municipios, el 50% de la recaudación bruta total queda en la Nación, el 40% lo reciben las provincias y de eso, tan sólo el 8,4% los municipios;

Que este reclamo bonaerense no es nuevo. El propio Felipe Solá lo planteó a poco de asumir como Gobernador, en el Mes de Octubre del Año 2002, cuando dijo: “Los Bonaerenses somos los kelpers argentinos. Estamos condenados a ser considerados ciudadanos de segunda categoría por una injusta distribución de los recursos del Estado Nacional”. Hoy esta manifestación tiene mucha más actualidad que en ese entonces;

Que hay que romper esta condena, históricamente los poderes centrales nacionales y a veces hasta los propios provinciales, tratan a los municipios, su gente y sus autoridades con desprecio. Creen que las rentas les pertenecen y que ante una solicitud “ayudan solidariamente” como si fuera su plata y no su obligación. Dirigen sus acciones desde centros jerárquicos, a menudo informales y siempre irresponsablemente, todo se trata bajo el fenómeno “internista” en forma burocrática, autoritaria y secreta, este método infame mantiene al pueblo al margen de la determinación de su destino y a los ciudadanos en calidad de súbditos, de meros sujetos pasivos del poder público, para obedecer órdenes y pagar impuestos y multas, sin molestar a los que mandan con recursos jurídicos, ni con el tumulto de asambleas, ni con curiosidades indiscretas sobre el manejo de la cosa pública, y aún más ni propuestas;

Que la falta de una coparticipación acorde y una autonomía municipal más fuerte es la lucha del presente, sin ello la educación, el trabajo, la vida de relación social y el desarrollo personal son afectados. Más que nunca hay que enfocarse para lograr un reparto equitativo de las rentas públicas y a su vez por una autonomía municipal plena. Por ciudades nuevas donde valga la pena vivir y que la ciudad no sea un tormento diario para los vecinos por servicios y problemas de competencia nacional o provincial;

Que la Constitución Nacional en su Artículo 123o. manifiesta expresamente que cada provincia dicta su propia Constitución, conforme a lo dispuesto por el Artículo 5o. “asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y financiero”;

Que el modelo del Estado Argentino actual y el comatoso sistema político que lo sustenta solo producen informalidad, gobiernos locales y empresas débiles y mayor pobreza;

Que por mal asignación de recursos mal distribuidos como estamos viendo, hoy en la Provincia de Buenos Aires se están duplicando competencias innecesariamente, hacemos que hacemos federalismo y hablamos de autonomía, pero es al revés, con costos administrativos más onerosos, estamos reiterando, duplicando nación, provincia y municipios, estructuras organizativas para un mismo fin o medio, como si el reparto de competencia hubiera dividido materialmente el territorio nacional;

Que la descentralización funcional, económica y territorial efectiva abaratar  los costos fiscales del federalismo. Lo que se necesita es que el “País” viva en todas partes, no que habite en un lugar y atienda en Buenos Aires o La Plata;

Que hay que incentivar el momento de mayor conciencia de la necesidad de unirse. Aquellos que sabemos que éste es el único camino, que sabemos que no hay otra salida a la crisis de la Provincia de Buenos Aires, tenemos que poner toda la voluntad y el esfuerzo para que esta idea sea de todos, para que poner a “los 134 municipios de la provincia en red”, sin importarnos quién gobierna ni de qué agrupación política viene, que sea un tejido horizontal de hombres y mujeres de distintas corrientes ideológicas, reunidos y articulados en el espacio público para fortalecer este justo reclamo que no es nada más y nada menos que pretender mejorar la calidad de vida de los vecinos;

Que en esta lucha todas las autoridades provinciales y municipales debemos estar junto al Gobernador de la Provincia, con mucha entereza y total grandeza, sin importarnos de dónde venimos o a qué partido político pertenecemos. No hay espacio para hacernos los desentendidos. Sabemos que el poder central no da tregua y no perdona a los que se le atreven, pero que si nadie se le atreve todo va a ser peor;

Que tenemos que tener presente que los bonaerenses somos ciudadanos de la periferia – trabajamos y producimos – pero somos condición para que “el Centro” exista. “El Centro” ha saqueado a la periferia para existir. El centralismo se da en tanto que existen miles de hombres y mujeres que trabajan y producen riquezas que no ven, que consiste en el saqueo colonial. Somos la condición de posibilidad “del Centro”;

Que hay que instalar de una vez por todas el debate en un terreno que no es sólo el económico o el político (técnico uno, institucional el otro) sino en el espacio público. Los problemas de la falta de autonomía provincial y municipal bonaerenses y el consiguiente saqueo de sus riquezas que producen desempleo, marginación, falta de educación de calidad, ausencia de seguridad, crecientes desigualdades sociales y culturales, falta de infraestructura y obras básicas y viviendas no deben ser tratados sólo por especialistas: deben discutirse en la sociedad. Debe debatirse con cada uno de nosotros;

Que es una utopía tratar de mejorar la calidad de vida de los bonaerenses si el saqueo de nuestras riquezas continúa. En lugar de mejorar la salud, la educación, la seguridad, la infraestructura básica, hacer viviendas, fomentar el trabajo e ir corrigiendo la marginalidad y la exclusión de nuestros hermanos en desgracia, si no modificamos de raíz la inequidad del Sistema Fiscal Federal Argentino;

Que es una ironía, un despropósito, sin entrar a analizar la procedencia o no del gasto del Estado Provincial, que tengamos un déficit presupuestario de más de mil millones de pesos y una deuda al Estado Nacional superior a los seis mil millones de dólares, cuando es la provincia más rica, más productiva, la que lejos más aporta a la Nación, la que incluso desde hace décadas recibe migraciones internas e inmigrantes de países limítrofes de miles y miles de personas que se agregan, que debe atender y servir, cuando vemos otras jurisdicciones subnacionales que nadan en la abundancia, que aumentan su superávit y que incluso tienen fondos colocados en el exterior;

Que por consiguiente, todo cuanto afecta a esas riquezas mal habidas de los poderes centrales, esas riquezas succionadas hasta el hartazgo para cristalizar más centralismo, nunca para beneficio de la gente, porque la gente está donde se produce la riqueza, donde se imponen los tributos, donde se trabaja, manufactura, industrializa o cosecha la riqueza, es criminal. Por consiguiente, terminar con la exacción a la Provincia de Buenos Aires y de ésta a los Municipios que la integran, tiene la prioridad, es el origen de todo, como una suerte de big bang. Sólo después de estar garantizado el cambio del Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos que se impone, podremos sentirnos integrantes en igualdad de condiciones de esta Nación;

Que para finalizar, sabemos que este proyecto adolece de una de las principales premisas de la buena técnica legislativa, que es lo conciso y la brevedad de los fundamentos, pero entendimos que en este tema hay que hacer docencia, es un tema pocas veces debatido por la sociedad, casi no tratado por los medios de comunicación, había que poner en blanco y negro las cifras y ver sus asimetrías crudamente, porque este tema es el que más afecta los sueños e intereses de cada uno de nosotros, los bonaerenses;

Por ello,

EL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE DE CORONEL PRINGLES, EN EJERCICIO DE LAS FACULTADES QUE LE SON PROPIAS,

RESUELVE

 

ARTICULO 1o: El Honorable Concejo Deliberante de Coronel Pringles repudia y censura enérgicamente el sistema de distribución actual del Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos por la manifiesta inequidad y arbitrariedad con la Provincia de Buenos Aires y el impacto negativo en sus 134 Municipios que está ocasionando un serio problema en las cuentas públicas y un enorme perjuicio a millones de habitantes bonaerenses.-

ARTICULO 2o: Solicitar al Señor Gobernador de la Provincia de Buenos Aires encabece junto a la totalidad de los Intendentes Municipales, Diputados y Senadores Provinciales, Diputados y Senadores Nacionales y Concejales Municipales de todos los distritos, el urgente y más enérgico reclamo al Estado Nacional para revertir esta injusta e inaceptable situación.-

ARTICULO 3o: Recomendar a los Sres. Diputados y Senadores Nacionales que representan al pueblo y al Estado Bonaerense a no aprobar el Proyecto de Ley de Presupuesto de la Nación 2007, si no se corrigen los índices de coparticipación para la Provincia de Buenos Aires.-

ARTICULO 4o: Elevar a los Concejos Deliberantes de todos los municipios de la Provincia de Buenos Aires, a fin de invitarlos a que se expresen en el mismo sentido.-

ARTICULO 5o: Comuníquese al Departamento Ejecutivo, al Poder Ejecutivo Provincial, al Senado de la Provincia de Buenos Aires, a la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, y a los Bloques de Diputados y Senadores Nacionales de la Provincia de Buenos Aires.-

ARTICULO 6o: Firmar la presente en dos ejemplares, comunicarla a quien corresponda, registrarla y archivarla.-

REGISTRADA BAJO EL No.2.263/06.-

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL HONORABLE CONCEJO DELIBERANTE, A LOS SEIS DIAS DEL MES DE OCTUBRE DE 2006.-

 

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